Actualmente tienes en el mercado un sinfín de modelos de cocinas industriales entre los que encontrar aquel que se adapte mejor a tus necesidades. Antes de decidirte por uno, conviene valorar algunos aspectos básicos que determinarán sus resultados.

Dentro del equipamiento y la maquinaria esencial que requiere la actividad en el sector de la hostelería y la restauración, las cocinas industriales son uno de los elementos imprescindibles para el buen funcionamiento de cualquier establecimiento de este tipo. También se utilizan cuando es necesario elaborar un número importante de menús para distintos colectivos, por ejemplo, en colegios, residencias de mayores, hospitales, cuarteles…

Una cocina industrial es el motor de cualquier actividad cuyo objetivo sea la preparación de comidas en cantidades importantes. El material en el que estén fabricadas, la fuente de energía que utilicen para la cocción, la potencia y la rapidez son algunos aspectos a los que hay que prestar especial atención, a la hora de elegir aquella cocina que mejor se adapte a tus necesidades.

Qué condiciones debe reunir una cocina industrial para garantizar buenos resultados

Adquirir una cocina profesional de estas características puede suponer una inversión económica más o menos importante, por lo que, siempre es aconsejable recurrir a empresas especializadas que puedan ofrecerte distintas marcas y modelos.

Lógicamente, en lo primero que debes fijarte es en las dimensiones. Tienes cocinas industriales, realmente potentes, que ocupan poco espacio y también las hay de tamaño considerable porque están pensadas para dar servicio a grandes comedores. La cocina debe resultar cómoda a la hora de facilitar el trabajo, por lo que, tener en cuenta las medidas, para que nunca resulte un “estorbo” es importante.

En cuanto a los materiales de fabricación, puedes elegir entre el aluminio galvanizado, el acero inoxidable o la combinación de acero al carbono y partes de latón. Cualquiera de ellos da buenos resultados. Lo que es imprescindible es que los quemadores sean de hierro fundido en el caso de cocinas industriales de gas. Elijas el material que elijas, una cocina industrial debe resultar siempre robusta y resistente porque, probablemente, tendrá que soportar una carga de trabajo más que importante. A la hora de elegir la tuya, ten en cuenta también la facilidad de limpieza que ofrece y las condiciones de mantenimiento que va a requerir.

Por otra parte, tienes cocinas industriales tanto de gas como eléctricas. Las dos son opciones acertadas según los casos. Siempre debes contemplar el gasto posterior que va a suponer el consumo de energía. Una cocina de grandes dimensiones, pensada para un uso intenso, resultará más interesante si funciona con gas, dado el elevado coste de la electricidad. Algunas eléctricas pueden ser una buena opción si, por ejemplo, necesitas una superficie que te permita la cocción de varios alimentos a la vez a distintas temperaturas. En este caso, necesitarás un modelo que permita esta función.

Por supuesto, la potencia de la cocina es otro de los puntos clave. Necesitas un modelo que te permita cocinar con rapidez la cantidad de alimentos que vas a necesitar sin “fallar” en el momento más inoportuno.

Otros aspectos interesantes a tener en cuenta

Sin duda, la seguridad es uno de los factores básicos a la hora de utilizar una cocina industrial. Comprueba que el modelo que quieres reúne todas las condiciones para cumplir con la normativa vigente. No pueden faltar las válvulas de seguridad con termopar, sistema de sensores que miden en todo momento la temperatura.

Además, según tus necesidades, tendrás que decidir los extras que pueda tener tu cocina. El primero de ellos es el horno, fundamental en muchos casos, pero prescindible en otros. La posibilidad de intercambiar la posición de los quemadores y de añadir los elementos que pudieras necesitar en un momento dado y que te permitan, por ejemplo, la cocción a la parrilla o al baño maría, son también detalles que tienes que mirar para encontrar una cocina industrial que responda a tus expectativas.