“Necesitamos jefes de partida y cocineros. Jóvenes, dinámicos, con ganas y hambre de aprender como de aportar al equipo. Trabajamos con productos de calidad y estacionales lo que hace una carta buena, dinámica y divertida. Ofrecemos un buen ambiente de trabajo en el que todos pueden aprender y aportar, dos días libres por semana e incentivos económicos por ocupación del restaurante, aparte del sueldo y propinas, lo que hace que mientras más gente venga más ganan. Es importante para nosotros que el trabajador este contento, esto hace que todo salga mejor. El turno es partido”.
Este párrafo coincide con la demanda de profesionales formulada por directivos/cocineros del denominado Grupo La Ancha y en especial del nuevo restaurante Fismuler que recogiendo comentarios de Marta Fernandez Guadaño en su portal Gastroeconomy “posee una filosofía que da lugar a una carta, que, en apenas un mes, ya ha experimentado varios cambios y que, a diario, sufre modificaciones en respuesta a la llegada de los productos, comprados por los cocineros en el Mercado de Maravillas o suministrados por la plataforma eco de Mercamadrid y pequeños productores de diferentes zonas de España (y de fuera, como su mantequilla sin pasteurizar, que funciona como bandeja de bienvenida junto con el pan y unos cortes de brisket)”.
En resumen: “Cocina de mercado basada en la filosofía ‘slow food’ y en el uso de productos naturales, ecológicos y de kilómetro cero; una cocina sencilla, sin más pretensión que la de dar de comer rico y sano, aunque con una sólida base técnica detrás”, definen Nino Redruello y Patxi Zumárraga.
Pero lo más importante está en el párrafo primero donde informan a los candidatos que ofrecen incentivos económicos por ocupación del restaurante. Buena política de personal donde los empleados se sienten motivados por hacer que la sala esté al 100% todos los días. Si así fuera los incentivos pueden llegar a los 400€ al mes.