Esta empresa multiconcepto, pues atesora un supermercado con amplia oferta de perecederos orgánicos, un bakery café y un restaurante de carta, situada en plena Diagonal de Barcelona, con aceras ampliadas para mayor tráfico de la ciudadanía y los turistas, es una de las pocas que en la Ciudad Condal posee en las mesas en las que se sientan los comensales botellas de vidrio, con su nombre, rellenas de agua del grifo, previamente tratada.

Según David Rial, uno de los tres jóvenes promotores y gerentes de este establecimiento, de 500m2 de superficie, que opera desde julio pasado, “el agua así ofrecida tiene que ser el primer elemento representativo de que el cliente se encuentra ante un restaurante que comulga con la sostenibilidad, pese a que para llegar al 100% de su identidad nos falte camino que recorrer”.