Una de las sesiones que más interés registró entre los asistentes del seminario que, realizado el pasado 3 de junio, en Mercabarna, llevó a la asociación de Restaurantes Sostenibles a presentar en una mesa de trabajo a parte de sus socios y simpatizantes, fue la de Ricard Jornet, creador y propietario del restaurante LASAL DEL VARADOR en Mataró (Barcelona) y que ha pasado a pagar solo un 25% del coste del consumo de electricidad, después de apostar por la energía fotovoltaica
Comenta en su edición dominical de EL PAIS, el 15 de junio, que Ricard Jornet se hartó un día de malgastar energía y de ver subir el recibo de la luz. En 2012 llegó a pagar 12.000 euros. Y la rebelión, la única posible si quería que las neveras y los hornos de su restaurante en la playa de Mataró siguieran funcionando, consistía en cubrir todo el tejado de placas fotovoltaicas y apuntarse al autoconsumo energético. De este modo ha logrado generar un 65% de la electricidad que consume su local y ahorrar unos 3.000 euros al año en la factura Sabe que tardará unos diez años en recuperar los 33.600 euros que le ha costado, pero considera que a la larga habrá beneficio económico y medioambiental
En España, aunque es imposible cuantificar el número de instalaciones, el movimiento social a favor de esta energía crece de la mano de empresas como Ecooo oSolar Tradex y potentes asociaciones como la Plataforma para un Nuevo Modelo Energético o Som Energia. Pero el Gobierno, normativamente más cerca de las eléctricas, le está dando la espalda al sol.
El problema de Ricard Jornet —como el del resto de españoles que tratan de sumarse al autoconsumo energético— es la que la curva de producción del equipo fotovoltaico coincide muy pocas veces con la de la demanda. Es decir, se genera energía durante el día y suele consumirse por la noche al llegar a casa. En su caso, por ejemplo, tiene que verter a la red eléctrica alrededor del 30% de la energía que produce y que luego no puede consumir ni recuperar.