Las pérdidas y desperdicios de alimentos se han convertido en un tema de preocupación a nivel mundial. Se estima que un tercio de la producción mundial se pierde o desperdicia cada año en el mundo. Esta cantidad permitiría alimentar a 2000 millones de personas, es decir al incremento de la población mundial de aquí a 2050. España se sitúa en la décimo tercera posición de alimentos desperdiciados por habitante con 176 kilogramos al año, de los cuales la gran mayoría de ellos son generados en las etapas de distribución y consumo.

Sin embargo, no se trata solamente de una cuestión ética. El desperdicio de alimentos plantea un impacto ambiental en términos de cantidad de recursos naturales valiosos y limitados, como agua, tierra y recursos marinos utilizados en la producción de estos alimentos no consumidos. En este contexto, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, ha elaborado la Estrategia “Más Alimento, menos desperdicio”, que tiene como objetivo desarrollar actuaciones que contribuyan a un cambio real en las actitudes, procedimientos de trabajo y sistemas de gestión de todos los agentes de la cadena, que permita reducir el desperdicio y las presiones ambientales. Se estima que la restauración de la UE es responsable del 14% de los alimentos desperdiciados, siendo la mayor parte evitable. Teniendo en cuenta que los costes de compra de la comida y de la mano de obra para procesarla equivalen a casi el 90% del coste total, reducir el desperdicio de alimentos no solo contribuye a reducir el impacto ambiental sobre nuestro planeta, sino que supone un importante ahorro y una mejora de la rentabilidad económica del negocio.

Esta guía quiere contribuir a que se tome conciencia de la importancia que tiene reducir el desperdicio de alimentos, no solamente desde el punto de vista de la rentabilidad económica del negocio, sino por la contribución que se hace a la conservación de los recursos. Sin más, deseo que este catálogo, logre su objetivo y permita que se opere un cambio real de las actitudes y manejo de los alimentos en el seno de los negocios de restauración, y que contribuyan a transmitir al consumidor final, la necesidad de consumir con responsabilidad, para colaborar en la construcción de una sociedad cuyos hábitos de consumo se sustenten en criterios éticos, saludables y racionales

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