Este pasado agosto el gobierno francés ha promulgado la ley de “transición energética para el crecimiento verde”, cuyo título IV recoge al menos tres medidas que afectará a la restauración francesa.

En primer lugar, aquellas colectividades públicas que operan con recursos estatales deberán disponer, a finales del 2016, de un riguroso plan de minimización del despilfarro alimentario y de promoción de la economía circular. En segundo lugar se pone en tela de juicio el uso de desechables de un solo uso que no sean compostables, fijándose la prohibición de su utilización para el 2020. Finalmente, los ayuntamientos deberán resolver, antes del 2025, cómo los restauradores que generen menos de 10Tm de residuos orgánicos al año, posean medios para que no tengan que ser recogidos puerta a puerta.