En Diciembre pasado la Comisión Europea ha aprobado un ambicioso plan para poner freno a la escalada de los residuos en la EUR27 y los crecientes costos económicos, sociales y ambientales que generan. Si bien los textos son mera declaración de principios, en su seno subyacen ya las líneas rojas que no superar y las directrices que se tomarán, guste o un gusten los resultados de sus aplicaciones.

En materia de residuos orgánicos y particularmente para la hostelería, poco se ha concretado, pero al menos la CE reconoce carecer de criterios para evaluar el impacto y como medirlo y compararlo, lo cual supone que se pondrá a resolver el problema para que tan importante sector en materia de generación de todo tipo de residuos, sepa cómo abordar el problema y disponga de soluciones alternativas, antes que radicales políticas de zero waste, lo ponga a los pies de los caballos.

Tal como señala el Laboratorio Ecoinnovación dependiente de la fundación Fórum Ambiental de la Obra Social de la Caixa, a nivel europeo se considera estratégico la promoción de la Economía Circular como una forma de protección y aumento de la resiliencia de la economía.

Las empresas que han comenzado a adoptar una visión circular reducen su dependencia de las materias primas y la energía mientras se protegen de la volatilidad asociada a sus precios. La Economía Circular supone un impulso para lograr una industria más innovadora, eficiente y competitiva a través de un alineamiento de los intereses de usuarios, productores y diseñadores.

El paquete legislativo comprende nueva legislación y orientaciones en diferentes ámbitos como son: nuevas tasas para la reducción de residuos, el tratamiento de los plásticos, la promoción de procesos productivos más eficientes, la gestión de los materiales críticos, los fertilizantes, la reutilización de agua, la comunicación con el consumidor, etc. El paquete cuenta con un fuerte enfoque de diseño que promueve, además de la eficiencia energética, un aumento en la durabilidad, reparabilidad y reciclabilidad de los productos. Para ello se introducirán requerimientos de obligado cumplimiento en la directiva de Ecodiseño, se revisarán los criterios del etiquetado energético e incentivará económicamente a las empresas que desarrollen productos y servicios más sostenibles.

Por último la Comisión Europea ha asignado una partida para soporte financiero de 650 millones de euros bajo el programa HORIZON 2020 y 5.500 millones bajo los Fondos Estructurales para apoyar a las empresas y organizaciones que lideren esta transición.

A continuación se reproduce la nota correspondiente a consideraciones sobre los residuos de alimentos, donde al menos en sus tres conclusiones, se percibe ya por donde discurrirá la labor legislativa de dicho organismo supranacional.

Anexo 1. La CE y los residuos alimentarios