El pasado 17 de mayo, tal como se relata en este boletín, y se desprende de la Jornada Barcelona Restaurantes Sostenibles, celebrada en el Aula de Innovación de ESADE; el Ayuntamiento de Barcelona dio un paso de gigante, por calificarse como una de las primeras ciudades del Estado Español, que decide apostar por contribuir al fomento de la sostenibilidad en los restaurantes de la ciudad. Guipúzcoa (Donostia) fue antes y en Santiago (A Coruña), casi a la vez.

Hubo plácemes y parabienes para los organizadores, entre ellos RESTAURANTES SOSTENIBLES, pero también sugerencias y críticas-previsibles-, las cuales se concentraron en las intervenciones que trataron sobre Recursos Humanos.

Nada que objetar, salvo que hay que matizar sobre:

  1. Que la Jornada iba dirigida a la restauración comercial y hoy por hoy la política de RRHH en dicho sector, está sometida a plena revisión, como deberían estar la de otros sectores de la economía española.
  2. Relacionado con lo anterior, los escasos tiempos dedicados a la intervenciones y al coloquio, no permitieron debates tan interesantes como los de economía social vs maximización del beneficio; valor compartido; practicas del más puro y genuino Green Washing; integración social y falta de oportunidades de empleo en sectores más tradicionales, para aplicar aquella, como el sector de la restauración colectiva, fruto de un rigor presupuestario en las haciendas locales que no hace más que incrementar la dimensión del llamado Tercer Sector, etc. etc..

Y es que la gestión del talento en las empresas de restauración comercial permitirá a éstas llegar en mejores condiciones a los objetivos-experiencias que ofertan sus locales. La tarea no es fácil. Tampoco, imposible.

Apreciados lectores ¡esto no ha hecho más que empezar!

Lo que es necesario es que se multipliquen las reuniones como las de ESADE, los ESMORZARS que Restaurantes Sostenibles convoca periódicamente en los “mercats” de la ciudad de Barcelona, que los PIONEROS que empiezan a formarse, formen en sostenibilidad y así hasta que finalmente las ciudades españolas alineen su oferta gastronómica con aquellas otras de la Vieja Europa, sitas al norte o al sur del continente.